lunes, 27 de abril de 2009

Cambio, Comportamiento, Valor

Autor: Pablo Picasso

Nada puede ser otra cosa de la que es, quizás pueda cambiar     ¿pero cuanto puede cambiar?, ¿o en que cantidad o magnitud?.  Siguiendo este ritmo pero hablando de personas se puede decir, difícil es cambiar algunos hábitos, algo así como volar que es solo para aquellos preparados para aletear. Aunque si de personas se trata, algunas o muchas al parecer no paran de cambiar, creo, podría decir todas. Sin darnos cuenta dejamos de ser aquel a cada instante de nuestras vidas. Dicen algunos más sabios, que cuando nos encontramos con algún amigo después de muchos años,  el amigo es un absoluto desconocido, lo único que nos une son anécdotas que solo tendrán vida real y efectiva en nuestra mente. En lo personal me gusta ser optimista y pensar como aquellos que se refieren a las personas como poco predecibles, con esto no digo que estemos todos potencialmente locos, aunque habrá mas de uno,  lo que  quiero decir, es que no se pueden fijar reglas o leyes respecto de los comportamientos de las personas. Y sin pensar en buenos y malos, es evidente que existen muchas o infinitas posibilidades de comportamientos para las personas. Pienso en el comportamiento como en algo amplio, no en un simple mal humor, un buen gesto o cualquier cosa que hacemos a diario, en realidad lo veo más cerca de la propia evolución de cada uno como individuo, pienso en las contradicciones necesarias que tenemos para llegar con solides a la vejez, todo un proceso largo, con esfuerzo y sacrificios, para parecernos a un gran faro que guía barcos en el mar  y luego por el convenio de la vida  poco a poco nos desvanecemos hasta apagarnos. No quiero dejar esta frase a la deriva  porque podría dar una perspectiva equivocada. Ya llegando a la meta de este pequeño texto, me atrevo a decir que la evolución de cada individuo, sin importar la limitación temporal, tiene un valor de satisfacción y superación propia, un valor de sabiduría transmitida, un valor creado que beneficiara a otros, un valor de dejar un mejor espacio para aquellos que nos seguirán en el futuro. 

jueves, 2 de abril de 2009

Reflejos de la infancia.

 Claude Monet - Waterlillies (Green Reflection)

Increíbles reflejos de la infancia, que ahí  están en huequitos de la mente, para en cualquier momento florecer como los jardines en primavera, nos deslumbran, la piel se eriza, quizás una risa, quizás una lágrima, nos perdemos en lo lejano con nuestra mirada. Que bueno es poder tocar, que bueno es poder a volver a ser niño, así, como antes, como en el pasado, tal cual se reflejan las imágenes de viejas fotos, estáticas, que son una historia en nuestra experiencia, en nuestros recuerdos. Amigos y amigas, familia, partidos de futbol, andar a caballo, ir a pescar, casitas en los árboles, pileta, partidos de paleta, campamentos, caminatas por la noche, “Fortín contra San Francisco”. Desayuno, almuerzo, el te y la cena, horarios sagrados  para aquellos días de aventura.

Un inmenso paisaje repleto de espacio, aire, verde, árboles y otros, que rodearon mi pequeño mundo de la infancia.