lunes, 14 de julio de 2008

Don Mauricio

Don Mauricio, es un hombre duro, exigente, es respetado en su lugar, el es un hombre de los viejos tiempos. Es un hombre de campo, que con sus rudas manos y bueyes ha trabajado por mucho tiempo su chacra. Un almacén también es su propiedad, con mercadería comprada a granel y luego fraccionada para su reventa, solo vende algunos productos de lujo como gaseosas y caramelos con los cuales el deleita a los hijos de sus hijos cada vez que están de visita en el receso de clases de verano.
A lo largo de la vida, sinuosos caminos ha transitado pero siempre acompañado de su amada esposa, con esa dulce maestra ha formado una familia numerosa, de la cual se siente orgulloso. Don Mauricio no se rinde, él es un hombre de los viejos tiempos. Don Mauricio, solo es doblegado por el cariño de sus nietos, se ríe, se divierte, él es un abuelo muy querido. Los años han pasado y en todo este tiempo, buenas y malas le tocaron. Las personas nunca sabemos exactamente porque nos suceden las cosas, solo las disfrutamos o las sufrimos, según disponga el azar de la vida. En esta ruleta de vivir le toca a Don Mauricio estar triste, semanas atrás perdió a su amada esposa, su pilar, ella una mujer de los viejos tiempos, una luchadora, una maestra muy respetada, ah llegado al final de su camino, ya cansada de andar, soltó la mano de su amado para que el siga solo el camino. Luego de caminar solo unas dos semanas, un día domingo por la tarde, Don Mauricio, un hombre de los viejos tiempos, decide ir en busca de aquella mano, la mano de aquella dulce maestra…