jueves, 13 de marzo de 2008

Amigo

La estupidez humana, fue la instigación para tú partida, ¿Dónde te has ido ?. Entiendo, no fue tú decisión, yo estuve aquel día, esa fue la despedida más dolorosa. La despedida irremediable. Me tocaba a mí quedarme, sin más consuelo que el que puede conceder el paso del tiempo, la aceptación. Porque yo se, que mientras este aquí, por estos lugares, no hay posibilidad de volver a compartir, es la dura verdad mí querido amigo. Nada más sencillo y aterrador que la verdad de ese momento. Mucho he pensado al respecto, más aun cuando la herida era reciente, pero las heridas con paciencia van sanando, de todas maneras debo confesarte que en muchas circunstancias la melancolía me atrapa, una melancolía tan intensa que al cerrar los ojos recuerdo aquella partida, la siento tan reciente como si fuera en este mismo momento, como si pudiera tocarla. ¿Que puedo decirte?, no te tengo explicaciones. Como dije, he pensado, y a la vez me doy cuenta de que sigo pensando, ¿Cuál fue el motivo de tú partida?. Esta pregunta para mí, sin respuestas razonables, por eso con mucha fuerza gritaría, el motivo fue una incoherencia, no hay razones que justifiquen tal cuestión y nunca las habrá. ¿Que puedo decirte? no tengo palabras, solo puedo recordarte, solo eso, mí querido amigo...

No hay comentarios: