Caen gotas de a millones, y yo debajo, ahí, intentando buscar refugio pero nada está demasiado cerca como para mantenerme seco, como para evitar la tenacidad de las gotas en ese instante, entonces me resigno a que no puedo huir, a que estoy atrapado y decido transformar ese momento en uno poético, de goce, de inspiración, de ser un caminante bajo la lluvia sin que nada importe, sin preocupaciones, pateo el tablero y dejo libre mis pensamientos…
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