martes, 10 de junio de 2008

City

Con la virtud de un rumor que se expande más allá de nuestros deseos, avanza. Con un incansable ritmo musical, persevera. Con la fortaleza y la persistencia de un viento patagónico, resuelve sus problemas. Con estas cualidades se abre camino, casi camuflado, queriendo no ser visto. En este continuo despojo de destrezas vive, en esta inmensa ciudad, con sol, con lluvia, con frío, con calor y aunque suene poco creíble, un espeso humo de algún lugar no tan lejano, de quien sabe porque motivos, lo ha hecho llorar sin razones emotivas. Pasos apresurados, frenando ante el más lento, tratando de pasar por el costado, nunca se pierde vista al que viene de frente. Bocinas, ruidos de motores y el tiempo que no alcanza. Las actividades suelen superar al reloj, todo tiene que estar listo para el día anterior, hoy ya es tarde. La responsabilidad es hacer, es lograr, es no rendirse y ante el error aprender y volver hacer. Así se vive, esto es la City Porteña.

3 comentarios:

Denis Fernández dijo...

La actividad frenética a la que nos tiene obligado la Ciudad de Buenos Aires es absoluta. Se complica caminar por Florida, Libertador es una linda calle solo para transitar después de medianoche, cuando el flujo automovilístico decrece, el Obelisco es un gran iceberg inalcanzable, 9 de Julio parece El Delta un domingo cuando cae el sol.
Buenos Aires nos tiene acostumbrados a evitar el apuro, porque su quietud y lentitud nos frena.
Saludos!

Mare dijo...

Mi espiritu quiere que nos vayamos, con cuerpo incluido, a la mierda, a vivir al campo o a la playa, o seis meses en cada lado.

George dijo...

Denis, es verdad la ciudad tiene esos extremos. Los dias no laborales sorprende la quietud.

Mare, hay lugar?. 6 meses en cada lado me gusta..!!

Saludos..!!!